La
madurez no llega sola, pues aparecen una serie de cambios fisiológicos que deberían condicionar las dietas
alimenticias para poder mantener una vida saludable y prevenir el desarrollo de
ciertas enfermedades principalmente las cardiovasculares y la diabetes.
1.-Cereales
El consumo de cereales, principalmente de avena, ayuda a
reducir el colesterol. Según los resultados de diferentes estudios, la cantidad
mínima diaria recomendada es de unos tres gramos, los que ya serían suficientes
para reducir el colesterol entre un 5 y un 10%. Por tanto, llegaría con añadir
un par de cucharadas a un yogur natural o a un vaso de leche. La avena también
previene el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, por lo que es
fundamental consumirla a partir de los 50, coincidiendo con la edad en la que
se multiplican las posibilidades de sufrir patologías coronarias.
Las propiedades de la avena se basan en que contiene
beta-glucanos, una fibra soluble que combate el colesterol, lipoproteínas y
antioxidantes, los cuales protegen contra la alta presión arterial evitando la
acumulación de placas en las paredes arteriales.
2.-Cerezas
Estos frutos son útiles para combatir una serie de
enfermedades comunes en la madurez, como la gota y la artritis, pues suponen
una rica fuente de antioxidantes. La gota, una enfermedad que ha duplicado su
prevalencia e incidencia durante las últimas dos décadas, y que afecta
principalmente a hombres, está relacionada con niveles elevados de ácido úrico
y la formación de microcristales en las articulaciones, riñones y tejidos
blandos. Con un consumo diario estimado en 200 gramos se excretará un 60% más
de ácido úrico.
Los nutricionistas recomiendan comer una docena de cerezas
cada dos días o beber un vaso de su zumo una vez a la semana. Se deben consumir
lo más frescas posibles para asegurar la absorción de todas sus vitaminas
beneficiosas para la salud.
3.-Almendras
Uno
de los mayores beneficios de este fruto seco es que reduce los niveles de
azúcar en sangre y previene el colesterol. Sin embargo, es conveniente comer
las almendras lo más desaladas que se pueda, ya que si no, contribuirán a
aumentar la presión arterial. En uno de los estudios realizados sobre las
propiedades saludables de las almendras se determinó que un consumo diario de
60 gramos provocaba una reducción del azúcar en sangre de un 10%, por lo que ofrece
una considerable protección contra las enfermedades cardiovasculares y la
diabetes. Los resultados también demostraron que reducen el colesterol ‘malo’
(LDL) y aumenta los niveles del ‘bueno’.
4.-Pescado
azul
El alto contenido de omega 3 en el pescado azul ayuda a
disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, por lo que reduce el
riesgo de sufrir arritmias. Los pescados más ricos en omega 3 son el salmón, la
caballa, el atún, las sardinas y los arenques. Otros estudios sobre las
propiedades de estos pescados señalan que ayudan a reducir el riesgo de
accidentes cerebrovasculares. Para ello deben consumirse unas tres veces por
semana intentado siempre cocinarlo a fuego lento o al vapor para evitar que
pierdan sus propiedades, ya que las grasas omega 3 son extremadamente sensibles
a las altas temperaturas. La mejor forma de preservarlas es comer el pescado
crudo en forma de sushi.
5.-Soja
Las propiedades de la soja se relacionan con la reducción
del colesterol, el aumento de la densidad ósea (especialmente necesario en las
mujeres posmenopáusicas) y la mejora de la fertilidad masculina gracias a su
alto contenido de isoflavonoides. Los nutricionistas recomiendan un consumo de
unos 90 gramos diarios de soja para las mujeres mayores de 50 años y alrededor
de la mitad para los varones. Las judías son esenciales, al igual que la soja,
porque contribuyen a regular los niveles de la proteína osteocalcina.
Se aconseja consumir soja dos o tres veces por semana,
aunque las mujeres premenopáusicas deben consultarlo con su endocrino porque
este alimento puede influir en los niveles hormonales si se consume en exceso.
En el caso de los hombres los isoflavonoides pueden desestabilizar ligeramente
los niveles de testosterona.
6.-Tomates
Este alimento es una rica fuente de
licopeno antioxidante, por lo que ofrece una gran protección contra la
formación de las células cancerígenas y reduce la presión arterial. La mejor
forma de comerlos es cocinándolos, es decir, en forma de salsa de tomate y no
crudos en ensaladas, porque así el cuerpo absorberá más fácilmente el licopeno. Después de hacer deporte es recomendable beber unos 150 mililitros de zumo de
tomate porque, según han demostrado algunos estudios, previene así de las
enfermedades coronarias y de los cánceres de próstata, pulmón y estómago.
7.-Leche
entera
El calcio que contiene la leche entera es esencial para
mantener la densidad ósea y la coagulación sanguínea. Después de los 50 ayuda a
combatir la reducción de masa muscular asociada al envejecimiento. La ingesta
diaria de calcio recomendada es de 1.000 miligramos para los hombres y 1.200
para las mujeres (la leche entera contiene 118 mg de calcio por cada 100 ml).
Los vegetales y los frutos secos también son ricos en calcio. Otros suplementos
de calcio que se pueden añadir a la leche son los cereales, el té o el café.
Sin embargo, si se consume en exceso, aumenta el riesgo de cáncer de próstata.
8.-Pollo
Esta carne es una gran fuente de
proteína. Una pechuga de 200 gramos contiene unos 60 gramos de proteínas, lo
que ayuda eficazmente a controlar el peso y aumentar la musculación. El pollo es una buena alternativa a las carnes rojas ya que una pechuga
sin piel apenas contiene un gramo de grasa saturada (la piel contiene un 17% de
grasas), mientras que en los muslos se eleva al 6%.
Publicado el 25 de dic de 2012
Foto: Composición n24
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