La prevalencia de dolencias crónicas como hipertensión y diabetes son entre 2 y 4 veces mayores en personas inactivas
¿Si
le ofrecieran una píldora que reduce su riesgo de sufrir enfermedades crónicas
como la diabetes, la hipertensión o el cáncer? ¿Y si para tomarla tuviera que
esperar media hora cada día? Eso es exactamente lo que sucede con el ejercicio
físico: dedicarle más de 30 minutos diarios cinco días a la semana aleja de
forma notable el riesgo de sufrir estas enfermedades. Pero los españoles, como
en Matrix, han elegido
en su mayoría la píldora más peligrosa: la del sofá.
La incidencia de la hipertensión en el tramo de edad de 55 a 64
años pasa del 17% al 31% dependiendo si practican ejercicio o no. En la
población de 45 a 64 años la prevalencia de diabetes se triplica en los
sedentarios
No
es una forma de hablar, ni una suposición: un nuevo estudio realizado entre los
españoles muestra de forma abrumadora el salto gigantesco que hay entre la
salud de quienes hacen deporte y quienes no. La incidencia de enfermedades
"se incrementa notablemente en la población inactiva, cuadruplicándose en
algunos casos con respecto a la observada en la población que practica
actividad física o deporte". Y añade: "El riesgo estimado de padecer
algunas de estas enfermedades se puede llegar a duplicar".
Esa
son algunas de las principales conclusiones de un estudio que acaba de
publicar el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que destaca cómo las mujeres y los grupos con menor
educación están muy por detrás en este hábito saludable. Y un dato que
sorprende, a la luz de la evidencia: el 73% de los españoles están muy por
debajo del umbral de actividad física que les ayudaría a alejar el riesgo para
su salud.
"Todos
sabemos que hacer ejercicio es bueno, pero antes de ver los resultados no nos
imaginábamos que las diferencias fueran tan enormes en la prevalencia de
enfermedades", asegura Victoria Ley, coordinadora científica de este
trabajo que ha realizado la Agencia Española de Protección de la Salud en el
Deporte.
No es una culpa de las personas que no hacen ejercicio, es una responsabilidad
social: España apenas invierte en prevención de enfermedades crónicas
En
el estudio, que cruza datos de una encuesta a 22.842 españoles, se observan
reducciones importantes en el porcentaje de personas con una percepción de
salud negativa, el consumo de medicamentos y la prevalencia de patologías. Por
ejemplo, la incidencia de la hipertensión en el tramo de edad de 55 a 64 años
pasa del 17% al 31% dependiendo si practican ejercicio o no. En la población de
45 a 64 años la prevalencia de diabetes se triplica en los sedentarios.
Los
investigadores también cruzaron los datos de actividad física y el uso de
medicamentos en las últimas semanas: el 56% de las personas que no practican
apenas actividad física toman medicinas, mientras que este consumo se reduce al
38%-39% en los grupos más deportistas. Un dato que ayuda a suponer el
gigantesco ahorro que supondría para el Estado la inversión en conseguir que
más gente realice ejercicio.
"Si
los españoles se pusieran a hacer deporte, pagaríamos la deuda", bromea
Victoria Ley, jefa de Deporte y Salud de la Agencia. Un estudio publicado el
año pasado cuantificó el gasto que supone para los países europeos la
inactividad física de la población: 80.000 millones anuales para la UE. En el
caso concreto de España, este factor carga casi mil millones al año (990) por
su incidencia en enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer de colon y de
mama. "La inactividad física puede convertirse en un riesgo mayor para la
salud pública que fumar", resaltaba ese trabajo. El estudio del Ministerio considera que el coste
económico directo del sedentarismo supone aproximadamente el 10% del coste
sanitario en España y el Consejo Superior de Deportes cree que se podrán
ahorrar 5.000 millones anuales.
El 80% de las españolas está por debajo del umbral de la actividad
recomendable, frente al 66% de los hombres
"La
dependencia aumenta muchísimo entre quienes no han realizado deporte. El coste
social de la inactividad física es dramático", lamenta la investigadora,
que ya está trabajando desde su departamento con cursos para que los médicos
aprendan a recetar ejercicio físico entre sus pacientes, dado su altísimo
valor.
"Numerosos
estudios han demostrado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo
de mortalidad global, causando el 10% de las muertes en Europa", señala. A
la inactividad física se ha atribuido al menos el 10% de enfermedades
cardiovasculares, el 7% de las diabetes tipo 2, el 10% del cáncer de mama y
cáncer de colon, y el 9% de mortalidad prematura, asegura el informe. El
impacto en la esperanza de vida del deporte es de siete años. Los
investigadores también han observado una correlación muy clara entre ejercicio
físico y menor incidencia problemas de salud mental.
Por
último, pero ni de lejos lo menos importante, la cuestión socioeconómica
apuntada al principio: las mujeres y quienes cuentan con peor educación hacen
mucho menos ejercicio, por lo que están mucho más expuestos a las consecuencias
negativas de esta inactividad. El 80% de las españolas está por debajo del
umbral de la actividad recomendable, frente al 66% de los hombres. Y el 83% de
los españoles con educación básica es peligrosamente sedentario, frente al 62%
de los que cuentan con educación superior.
"Hay
que centrar las campañas en estos grupos, trabajar con ellos. Las mujeres dejan
de hacer deporte en la adolescencia, pero luego hay numerosos factores que
influyen en su menor actividad física", explica Ley. Del mismo modo, la
escasa educación influye en la falta de acceso a información sobre la
importancia del ejercicio o de la alimentación adecuada, sostiene la experta. No es una culpa individual de
las personas que no hacen ejercicio: es una responsabilidad social. Un dato: el gasto sanitario en prevención de enfermedades
crónicas no llega al 3% en España, frente al 80% que se dedica a su
tratamiento.
CUATRO
FACTORES QUE SALVAN VIDAS
Hay
cuatro cosas que podemos hacer para esquivar enfermedades crónicas como la
diabetes, la hipertensión o el cáncer: no fumar, beber con moderación, evitar
el sobrepeso y hacer ejercicio. Son cuatro factores que cada vez se asocian más
con dolencias de todo tipo y que salvarían muchísimas vidas y evitarían
importantes padecimientos. Un estudio publicado hace pocas
semanas en una revista de la
Asociación de Médicos de EE UU (JAMA Oncology) mostraba que esas sencillas pero
decisivas mejoras del estilo de vida podían prevenir hasta el 50% de las
muertes de cáncer.
El
umbral mínimo para el ejercicio físico son 150 minutos a la semana (dos horas y
media), pero es recomendable que esté por encima para que se noten sus efectos.
Lógicamente, no fumar nada. En cuanto al alcohol, aunque es recomendable no
beber nada, se considera consumo moderado una bebida diaria o menos para las
mujeres y dos o menos para los hombres. Por último, mantener un buen peso
corporal (no hace falta estar delgado) también es decisivo, un factor muy
relacionado con una alimentación saludable. Cuatro hábitos de vida muy
razonables para evitar dolencias, sustos, dependencia o muerte prematura.
13 JUL 2016 - 16:07 CEST EL PAIS
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