El confinamiento a raíz de la pandemia recortó
bastante el nivel de actividad física para mucha gente. Esta situación ha
permitido a los autores de un estudio comprobar hasta qué punto el grado
de reducción de
actividad física se ha correlacionado con una mayor tendencia a sufrir depresión.
Hay que tener en cuenta que el ejercicio físico se recomienda desde hace tiempo como parte de terapias cognitivo-conductuales para pacientes de depresión. Por otra parte, el propio hecho de vivir una pandemia ya de por sí promueve la depresión. Los investigadores tuvieron en cuenta estas y otras cuestiones.