lunes, 15 de diciembre de 2025

La Curación Cuántica - Frank Kinslow

 


Dios no mira si hacemos mucho o poco, sino con cuánto amor lo hacemos.

MADRE TERESA

La intuición es la fuente del conocimiento científico.

ARISTÓTELES

 ¿Qué es la Curación Cuántica?

Se trata de un rápido y efectivo método científico que reduce el dolor y fomenta la sanación. Crea cambios inmediatos que pueden apreciarse y sentirse en el cuerpo. Es reproducible y aguantará cualquier examen preliminar o posterior llevado a cabo con rigor científico. La CC continúa operando mucho después de la sesión inicial, equilibrando y eliminando con suavidad bloqueos que impidan el bienestar físico y emocional. Alienta una conciencia curativa tanto en el iniciador como en el receptor del proceso. Por lo general, en las sesiones de CC está presente una sensación de paz y relajación.

La CC nos despierta a nuestra conciencia interior. Cuando nos familiarizamos más con la conciencia pura, nos sentimos mejor en todos los aspectos. Cuando estamos más sanos y felices, lo natural es quererlo compartir con los demás. Pronto aprenderemos el método de Curación Cuántica de curación instantánea. Así se completará el ciclo. Habrás aprendido a dar lo que recibiste. O, con más precisión, aprenderás a compartir lo que eres, pues resulta que la gente con la que compartes tu conciencia también es conciencia pura. No harás más que despertarla a su naturaleza básica. Me gustaría explicar aquí este fascinante concepto, pero se trata de un viaje que nos llevaría mucho más allá de los confines de este libro. Si deseas saber más acerca de tu naturaleza básica interior en lo relativo a salud, relaciones y felicidad, te recomiendo que te hagas con un ejemplar de Beyond Happiness: How You Can Fulfill Your Deepest Desire, escrito por mí, es de lectura muy interesante, aunque sea yo mismo el que lo diga. Pero bueno, volvamos a lo nuestro y dejemos atrás la publicidad.

La Curación Cuántica nos despierta a nuestra conciencia interior..

La conciencia pura, como no tardaremos en descubrir, es un potente regenerador de todo lo que se estropea. Síntomas como dolor, confusión y depresión nos muestran que algo anda mal. Los síntomas son indicadores que señalan hacia un desarreglo en el cuerpo-mente. Tanto si se trata de una pierna rota como de un corazón roto, el desorden es contrario a un cuerpo- mente que funciones con suavidad, sea productivo y cariñoso.

La salud es orden. Cuanto más orden reflejamos más sanos estamos. Cuando la salud empieza a venirse abajo disponemos de una plétora de medicamentos y terapias destinados a restablecer ese orden en nuestro cuerpo-mente.

Podemos simplificar la cuestión de la salud considerándola desde un punto de vista vibratorio. Una vibración, u onda, es la más simple expresión de la energía. Las estrellas y las ranas, los ángeles y los yunques no son más que conglomerados de ondas energéticas que se combinan para crear esas formas.

La conciencia pura es un potente regenerador de todo lo que se estropea. La salud es orden. Cuanto más orden reflejamos más sanos estamos.

Podemos considerar nuestros órganos y tejidos, pensamientos y emociones como haces individuales de vibraciones que operan por simpatía para crear un cuerpo-mente sano. Cuando las vibraciones pierden sincronía, decimos que existe un trastorno o enfermedad, e intentamos curarlo. La mayoría de las curaciones se logran introduciendo vibraciones ordenadas que neutralizan las desordenadas. Por ejemplo, la vibración herbal de la corteza del sauce blanco neutraliza la vibración inflamatoria de un dolor de cabeza.

El proceso de reforzar o debilitar vibraciones se denomina interferencia. Creo que la manera más sencilla de comprenderlo es la siguiente: la amplitud es la parte vertical de una onda, lo alta que es. Si se juntan dos ondas de la misma amplitud se acaba teniendo una onda grande con el doble de amplitud que la original (figura 4). Eso se llama interferencia constructiva. Lo opuesto también es cierto. Si se unen dos ondas de amplitud exactamente opuesta, se cancelan entra sí y acabamos con una amplitud cero. Eso se denomina interferencia destructiva.

Pero no dejes que esta jerga de interferencia constructiva-destructiva te extravíe. Acércate a la orilla del mar y observa el ir y venir de las olas, y verás ese principio puesto en práctica. Al observar, no tardarás en ver que una ola más rápida sobrepasará a otra más lenta que tenga por delante. Ambas se fundirán y conformarán una única ola, más fuerte. El impulso de la más grande y rápida la empuja hacia la playa más rápidamente que a las otras olas, mojándose las puntas de tus tenis recién estrenados. Eso es interferencia constructiva.

Figura 4: Interferencia de onda


 

Mientras esa ola alcanza la playa, sumergiéndose los pies hasta los tobillos en una charca de agua de mar arenosa, mientras sueltas unos cuantos tacos entre dientes apretados, y las madres enloquecidas playa arriba y abajo intentando taparles los oídos a sus hijos, resulta que se encuentra a otra ola que llega. La fuerza de la ola saliente reduce la fuerza de la entrante, que pierde tamaño e impulso, por lo que no llega donde tú te encuentras. Pero ya no te fijas porque estás llegando donde dejaste el coche, mascullando y tratando de sacudirte con cada paso el agua de tus tenis. La pérdida de impulso de la segunda ola es un ejemplo de interferencia destructiva.

Los sistemas de sanación tradicionales como la medicina, la acupuntura, la terapia corporal y los procedimientos energéticos sutiles funcionan restableciendo el orden vibratorio. Cuanto más se sintoniza el tratamiento vibratorio con la vibración de la salud, más completa es la curación. A veces, sin embargo, el desorden puede en realidad haber sido creado por el tratamiento. Si éste sólo encaja parcialmente con la curación, como en el caso de la mayoría de los medicamentos que sólo se venden con receta, aparecen efectos secundarios. Por lo general, el sistema curativo funciona mejor al trabajar únicamente como ondas y vibraciones, que crean menos efectos secundarios. Y eso nos remite a la cuestión de la conciencia pura.

La conciencia pura nos es una vibración, sino el origen de la vibración. Es el orden y energía potenciales que subyacen tras toda forma. En teoría, si pudiéramos insuflar conciencia pura en un sistema desordenado, el resultado sería un orden perfecto sin efectos secundarios. ¡Pues resulta que es posible! A ese sistema lo llamamos Curación Cuántica.

Todo sistema, método o procedimiento curativo tiene por objeto proporcionar dirección, apoyo y orientación al practicante frente a posibles obstáculos que pudieran impedirle tener éxito en la tarea que realiza. Creemos erróneamente que el procedimiento es el responsable del éxito.

¡Pero no es así!

La conciencia pura no es una vibración, sino el origen de la vibración. Es el orden y energía potenciales que subyacen tras toda forma.

Voy a revelarte otro secreto. En esta ocasión es gratis. El que realiza la curación no es el procedimiento curativo, sino la conciencia. Así es, la conciencia es el ingrediente mágico en todo empeño que quiera tener éxito. No importa si lo que haces es lavar el coche, trabajar en un problema de trigonometría o cortarte las uñas de los pies: la conciencia será siempre el ingrediente principal. No tienes más que comprobarlo y cortarte las uñas de los pies sin utilizarla. El panorama resulta desolador.

El que realiza la curación no es el procedimiento curativo, sino la conciencia.

Tu conciencia es quien insufla vida en aquello que haces. La técnica, por sí misma está muerta. La conciencia es el tren mientras que el procedimiento son las vías. Sin conciencia no hay movimiento. Sin conciencia nada se logra. Por ello es que puedes tomar una de las miles de formas de curación que existen y ponerte bien de todos modos. El proceso de la Curación Cuántica, pone el énfasis en la conciencia, no en el procedimiento. Como pronto experimentarás, la técnica en realidad no implica apenas esfuerzo alguno. De hecho, en realidad la CC empieza a funcionar cuando el proceso se detiene. Así es, cuando toda la estructura de la técnica de la CC se derrumba en la conciencia pura es cuando tiene lugar la curación. Como ves, el proceso de CC no es una técnica curativa, es el proceso de ser consciente de la conciencia pura. De hecho, la curación es un efecto secundario de ser consciente. Ello significa también que tú no eres el sanador, lo es la conciencia pura. Esta importante distinción se hará más evidente cuando comiences a practicar la Curación Cuántica.

Quien realiza la curación no es proceso curativo sino la conciencia.

Ello trae a colación una cuestión vital que debe siempre ser tenida en cuenta. Si no eres el sanador, no puedes atribuirte el mérito de ninguna curación llevada a cabo. Estás liberado de esa responsabilidad, eres libre de esa carga.

Digamos que se te pide que ayudes a aliviar una rodilla muy dolorida. No tienes por qué saber si la rodilla es artrítica, si se trata de un ligamento o de cualquier otra cosa parecida. No debes diagnosticar el problema. El orden infinito de la conciencia lo hará en tu lugar. No necesitas saber nada de la rodilla, sólo lo que quiere su propietario, que es este caso, es eliminar el dolor.

Únicamente has de iniciar el proceso de la Curación Cuántica y de todo el resto se ocuparan en tu lugar. En realidad no es tu lugar, sino por la persona que padece el dolor. Aparte del procedimiento inicial, no hay nada que debas hacer.

Antes de una sesión de CC, que puede durar entre quince segundos y varios minutos, deberás aprender a realizar una simple exploración para observar objetivamente la intensidad del dolor, la inflamación y otros síntomas. Después de la sesión realizarás la misma exploración, observando hasta qué punto se han aliviado esos síntomas. Como no estuviste implicado en la curación de la rodilla, no deberías tener un interés personal sobre cómo o hasta qué grado ha tenido lugar la curación. Eso te salva psicológicamente de salir malparado y le pone un bozal a tu ego. También permite que florezca totalmente la compasión y la alegría de ser humano. No está nada mal para unos pocos minutos de trabajo, ¿verdad?

Únicamente has de iniciar el proceso de la Curación Cuántica y de todo el resto se ocuparán en lugar.

La Curación Cuántica es simplemente un proceso que permite que la conciencia se expanda en la conciencia pura con propósitos curativos. Una vez que el iniciador del proceso de CC se da cuenta de la conciencia pura, la curación sucede instantáneamente. No obstante, aunque los elementos discordantes de cualquier enfermedad o estado se integren en un instante, los resultados tardarán algún tiempo en manifestarse por completo. La Curación Cuántica continuará operando durante mucho tiempo después de finalizar la sesión. Ésa es otra razón por la que no beberías preocuparte demasiado de los resultados iniciales. Digamos que la rodilla dolorida mejoró un 80% tras la primera sesión de CC. Dos minutos más tarde podría haber mejorado un 90% y dos días después tal vez desaparezca totalmente el dolor.

Una vez que el iniciador del proceso de CC se hace consciente de la conciencia pura, la curación sucede instantáneamente.

Así que todo lo que suceda será para bien. Es imposible perjudicar. El antiguo principio rector del sanador «Por encima de todo, no perjudicar», no es aplicable a la CC por dos razones: no estás curando y además la conciencia pura no puede hacer daño.

Pero tampoco es que quedes abandonado. La belleza del experimento de la Curación Cuántica es que cura tanto al compañero como al iniciador (nota: me refiero a la persona que recibe la CC como al «compañero» y a quien la lleva a cabo como el «iniciador»). Gracias al proceso de CC, el iniciador se desliza fácilmente en un sublime estado de conciencia pura y a continuación permite que la perfecta armonía de este estado sutil recree o reorganice la materia, ya sin desorden. Cuando se lleva a cabo de manera asidua, ese estado de conciencia interior empieza a sentirse externamente, organizando y curando todos nuestros pensamientos, palabras y actos. La experiencia es pacífica, edificante e inspiradora.

En los siguientes párrafos compararé y contrastaré de manera general la Curación Cuántica con otros sistemas curativos. Es para que lo comprendas. Por favor, no malinterpretes mis intenciones. No intento hacer comentarios acerca del valor de esos métodos, ya que todos los métodos curativos son muy valiosos y necesarios. No hay más que preguntar a los millones de seres cuya calidad de vida mejora a diario gracias a su uso. Me estoy refiriendo a una visión global de la salud, que va más allá del cuerpo y la mente para incluir todos los aspectos de interacción humana. Qué cierto es que estamos limitados por cadenas conceptuales que atan nuestras mentes y debilitan nuestros cuerpos.

La belleza de experimentar la Curación Cuántica es que cura al compañero como al iniciador.

Tal vez sólo quieras utilizar la Curación Cuántica para sanar un dolor físico o emocional. Está muy bien. No obstante, es algo más que un método para curar el cuerpo y la mente. La Curación Cuántica fluye fácilmente hacia el exterior para curar y enriquecer todos los empeños humanos y más allá. Y sucede automáticamente. Cuando se aplica asiduamente la CC, los ángulos afilados y las superficies duras de la vida se suavizan. El resultado es que vemos la vida como sustentadora, como una madre universal que protege, enseña y acaba satisfaciendo todas nuestras necesidades. Eso sucede rápidamente cuando nos elevamos de nuestro sopor para recibir el nuevo día con una sensación de alegría y asombro. La Curación Cuántica es el primer objeto de que sale el baúl de los juguetes, y el último que volverá a él.

No obstante, es algo más que un método para curar el cuerpo y la mente. La Curación Cuántica fluye fácilmente hacia el exterior para curar y enriquecer todos los empeños humanos.

Cuando jugamos diariamente con la CC, nuestras enfermedades particulares empiezan a curarse solas. Nuestra sanación se acelera. Comenzamos a depender cada vez menos de modalidades externas y nos interiorizamos con más facilidad para devenir cariñosos testigos de la vida según se manifiesta ésta a través de nosotros. Al igual que una bola de nieve rodando pendiente abajo, reunimos para nosotros la totalidad de la vida, aumentando el impulso de salud y vitalidad.

Pero no soy ningún purista y no creo que tú tampoco debas serlo. La Curación Cuántica tiene el potencial, y subrayo la palabra potencial, de ser la panacea para todo tipo de problemas. Te sorprenderás a ti mismo a diario llevando a cabo pequeños milagros. Esta experiencia alterará los cimientos sobre los que percibes este mundo. ¿Me estoy refiriendo a aprovechar la fuente creativa de todo el cosmos? Te desafío a que lo hagas y a que mantengas la actitud de siempre.

Te sorprenderás a ti mismo a diario llevando a cabo pequeños milagros.

Lo que distingue a la CC es que no se basa en medicamentos, modalidades ni actitudes mentales. Allí donde un sistema de salud tradicional utiliza la estructura, la CC busca disolverla. La disolución ordenada de estructuras abre la mente del practicante a la conciencia pura, que a su vez añade orden a la estructura.

Todos los métodos de sanación son valiosos. Ese valor aumenta al incrementarse la conciencia del practicante. La CC, como cualquier otra forma de sanación, está limitada por la mente del practicante. En un mundo ideal, sería todo lo que necesitaríamos para asegurarnos una salud y armonía perfectas en el cuerpo, la mente, las relaciones, el trabajo, la búsqueda espiritual, la educación y la diversión. Sí, la CC, restaura la armonía en todas esas áreas. El problema es que, al igual que todos los procedimientos curativos, está condicionada por las limitaciones del practicante. Lo bueno es que la práctica de la Curación Cuántica elimina precisamente esas limitaciones. En pocas palabras, cuanto más la practicas, más divertida y satisfactoria será tu vida. Ahora volvamos a poner atención en sus entresijos.

La Curación Cuántica no es un procedimiento energético sutil. No emplea interferencias de ondas ni intenta de manera alguna neutralizar energías aborrecibles mediante hierbas o medicamentos, trabajo corporal o manipulación, energías radiadas, energías sutiles ni ninguna otra modalidad. La Curación Cuántica, es única a este respecto y ahora veremos cuál es la razón.

El problema es que la Curación Cuántica al igual que todos los procedimientos curativos, está condicionada por las limitaciones del practicante. Lo bueno es que su práctica elimina precisamente esas limitaciones.

Cualquier sistema curativo importante, sea de medicina tradicional, de energías sutiles o cualquier otro entre ambos extremos, requiere de un estudio y una práctica rigurosos bajo la orientación de un practicante cualificado a fin de aplicarlo con seguridad y eficacia. Lo más probable es que los sistemas evolucionarán a lo largo de muchos años de pruebas y tanteos antes de que se aceptasen como vitales. La mayoría de ellos siguen evolucionando. Son tanto arte como ciencia, y los resultados varían dependiendo de la capacidad del practicante. Todo este cuidado y atención a los detalles son necesarios porque esos sistemas pueden perjudicar si no se aplican correctamente. O, como poco, pueden resultar ineficaces.

Nada de todo esto es aplicable a la Curación Cuántica. Por una sencilla razón: porque en realidad el iniciador no hace nada. Sólo permite que la conciencia pura haga toda la labor. Recuerda, la conciencia pura es orden perfecto. Si hay algo que parece desordenado, ella lo arreglará. Sólo necesitamos al iniciador para que prepare el terreno, Lo prepara todo y luego desaparece. Es entonces cuando la conciencia pura disuelve la disonancia y la reajusta en un orden perfecto mientras el iniciador observa en un arrebato de gozo.

¿Cuesta mucho aprender la Curación Cuántica? Es tan fácil como pensar. Su práctica no requiere de capacidades especiales y puede aprenderse con rapidez. De hecho, cuesta más leer sobre ella que practicarla. Así que si estás leyendo este libro, no cabe duda de que la podrás aprender y aplicar. Experimentarás en ti mismo los fenomenales efectos curativos de la conciencia pura.

¿Para qué es buena la Curación Cuántica? Si puedes pensar en algo, eso significa que la CC puede arreglarlo. Puede arreglarlo pero eso no implica que vaya a hacerlo. Lo hecho por la conciencia pura, que resulta ser todo, lo puede arreglar la conciencia pura. Eso tiene sentido, ¿no? La cuestión es que ella es la que arregla las cosas, no nosotros. No se ve obstaculizada por nuestras necesidades, aspiraciones, prejuicios, esperanzas, temores, objetivos o fracasos personales, ni por nada que nos dé vueltas por el cerebro. Nosotros, los seres humanos, percibimos un pedacito increíblemente pequeño de lo que es, ha sido o será. Nuestro problema es que creemos saber bastante bien qué es lo que hay que hacer en cualquier situación dad. La verdad es que no tenemos ni idea. En cualquier momento dado, nuestro mundo es un océano hirviente de cusas y efectos. Toda causa actual es el resultado de infinitos actos interrelacionados que se remontan a incontables eones, a ese primer y suave pensamiento que engendró el origen de la creación. ¿Cómo es posible conocer las semillas primigenias que originaron el pensamiento que tuvimos en este preciso momento? ¿Sabes qué es lo que hace que tengas ese pensamiento, o el anterior a ése?

De hecho, cuenta más leer sobre CC que practicarla. Si puedes pensar en algo, eso significa que la CC puede arreglarlo.

¿Tanto cuesta imaginar que no somos tan dueños de nuestro propio destino como imaginábamos? Piensa en alguien que lleve soltero toda la vida y que, de joven, saliera hacia la tienda un minuto más tarde porque no encontraba las llaves del coche. Llegó a la tienda un minuto más tarde y así se perdió el poder conocer a la única mujer a la que podía haber amado. Un minuto, un segundo puede cambiar toda una vida. Todos hemos especulado en alguna ocasión acerca de lo diferente que podría haber sido nuestra vida si hubiéramos comprado un décimo de lotería más o si no hubiéramos contrariado los deseos de nuestros padres y no hubiésemos acabado siendo mimos callejeros. ¿No están todos los minutos de nuestras vidas llenos de fuerzas más allá de nuestro control y que pueden alterar por completo nuestro futuro?

Hagamos una pausa y juguemos con una abstracción, ¿vale? Expandir los límites de nuestras mentes siempre está bien y resulta útil en particular cuando exploramos nuevos paradigmas curativos. Al menos le proporcionamos a la mente algo con lo que entretenerse. Al igual que una semilla, puede brotar y germinar, convirtiéndose en algo útil y, en última instancia, magnífico.

Nuestro mundo es un océano hirviente de causas y efectos. Un minuto, un segundo puede cambiar toda una vida.

La física cuántica ha expuesto varias teorías acerca de los universos múltiples. Una cosa con la que estoy de acuerdo es que todos nosotros contamos con un número infinito de vidas. Que el tiempo no fluye no es sólo teoría, sino un hecho matemático. No existe tal y como solemos considerarlo. Nuestras mentes crean la secuencia que identificamos como tiempo. Dicho de otra manera, el tiempo es una creación humana que no existe fuera de nuestras mentes. Nuestra conciencia limitada es la que nos confina a un tiempo y una vida.

El tiempo es una creación humana que no existe fuera de nuestras mentes.

Es muy posible que existas en una vida paralela tal y como eres, con la excepción de un pequeño cambio. Por ejemplo, en una vida pudieras padecer artritis en los dedos, en otra sufrirla en los dedos y las rodillas, y en unatercera no tener nada de nada. Piensa en ello, en infinitas expresiones de ti mismo existiendo en paralelo. ¿A que sería alucinante que pudieras trasladarte conscientemente de una vida a la otra? Tu experiencia vital se dilataría de una forma infinita, únicamente limitada por tu conciencia. Y ahora llegamos a lo más interesante.

¿Qué es lo que conecta a todos esos múltiples universos? Si cada una de tus vidas fuese una perla de un collar, ¿qué sería el hilo que las atraviesa y las une? El hilo unificador de los universos múltiples es el todo ilimitado de Bohm, el orden implicado de conciencia pura. Ésta es el portal a cada una de tus vidas. Puede que sea así como opera la Curación Cuántica, trasladando tu conciencia a través del portal de la conciencia pura a una vida paralela. Si padeces artritis en esta vida, te sumerges desenvueltamente en conciencia pura y regresas liberado de esa dolencia en otra existencia.

Eso me recuerda uno de los libros de las Crónicas de Narnia escritos por C.S. Lewis, en el que sus personajes podían sumergirse en un estanque en Inglaterra y aparecer en el mundo de Narnia. Da la impresión de que Lewis intuyó lo que en física cuántica se denomina universos múltiples.

Me gustaría que lo considerases como un CD de música. Cada pista de la superficie del disco representaría una vida. El rayo láser que lee la información barre el CD liberando la música de cada vida encerrada en esas pistas. El láser es como nuestra conciencia barriendo la pista que llamamos nuestra vida presente. Nuestra conciencia pasa del nacimiento a la muerte. Pero recuerda que en el tiempo no existe movimiento. Esto es un hecho. El tiempo es una ilusión creada por nuestra mente consciente. Todas nuestras vidas existen simultáneamente, igual que todas las pistas existen el mismo tiempo en el CD. Ahora bien, ¿y qué ocurriría si, en lugar del láser moviéndose de manera predecible de una pista a la siguiente, pudiéramos saltar a una pista paralela? Podríamos empezar a oírla, ¿no es así? La curación instantánea de cualquier enfermedad parece cosa de magia hasta que te das cuenta de que no haces más que sumergirte en la conciencia pura en una vida y emerger en otra, liberado de esa enfermedad limitadora.

Menciono esto por una muy buena razón. Las maravillas que podemos realizar están únicamente limitadas por nuestra conciencia. Todos somos limitados. Es algo inevitable. Pero sabiendo lo que ahora sabemos podemos empezar a deshacernos de las cadenas que atan nuestra conciencia y empezar a vivir más allá de nuestras actuales limitaciones. ¿Podría ser que curar nuestra artritis fuera algo tan sencillo como alternar pistas en un CD? Sí, si sabes cómo hacerlo y tu mente te lo permite- En el sencillo proceso de la Curación Cuántica está engrando el mecanismo de la creación, y la capacidad de abrir nuestra conciencia a las infinitas posibilidades que la creación nos ofrece.

Las maravillas que podemos realizar están únicamente limitadas por nuestra conciencia.

Pero bueno, está muy bien jugar un rato con la teoría, que además tiene el potencial de expandir nuestras mentes más allá de sus presentes parámetros. Pero el hecho es que la Curación Cuántica funciona tanto con teoría como sin ella, funciona tanto si crees en ella como si no. Opera incluso cuando no comprendes cómo opera. Un niño puede realizar la CC con perfecta inocencia. De hecho, no funciona sin ella.

No es posible crear este cambio en la conciencia pura sanadora a través de una enorme fuerza de voluntad. Basta con que situemos nuestra inocente intención en el océano de la conciencia pura. Dónde conducen las corrientes de armonía y sanación es algo que está más allá de nuestra influencia. Podemos albergar el deseo de curar a alguien, pero ese deseo procede de nuestras limitaciones, anegadas en las sempiternas turbulencias del océano de la mente. Pudiera ser un deseo altruista nacido de la compasión por un ser que sufre. Pero no hay manera de que podamos saber cómo apoyará ese deseo el plan de acción cósmico. Desconocemos el complicado e intrincado curso de acontecimientos que ha llevado a esa discordancia aparente. Tampoco podemos saber de qué manera elegirá volver a expresar armonía. Cuando se lleva a cabo la Curación Cuántica siempre tiene lugar un cambio de estado. Es posible que una única sesión de CC pueda poner en movimiento fuerzas que reverberen a través del universo antes de que se realice dicha armonía. Como iniciadores, todo lo que podemos hacer es expresar nuestro deseo de hacerlo bien. El resultado, en cualquiera de las formas que pudiera tomar, será una expresión natural y perfecta de la conciencia pura. Solo hemos de aceptar lo que vemos con el conocimiento de que no nos es posible saber qué fuerzas están operando o cuándo se manifestarán.

Un niño puede realizar la CC con perfecta inocencia. De hecho, no funciona sin ella.

En una ocasión tuve una paciente que me pidió que la ayudase con varios problemas a la vez. Tenía jaqueca sinusítica, espasmo del músculo trapezoide a causa de su trabajo y además llevaba seis semanas anémica debido a complicaciones premenopáusicas. Había iniciado el proceso de la CC hacía unos minutos cuando noté una ligera indicación de que su cuerpo había recibido la influencia organizativa de la conciencia pura. Cuando le pregunté cómo se sentía dijo que exactamente igual que antes de la sesión. Le comuniqué que el proceso había sido un éxito y que por el momento no podía hacer nada más por ella. Me di cuenta de la desilusión que se dibujó en su rostro al disponerse a marcharse. Sin embargo, alrededor de una hora más tarde recibí una excitada llamada telefónica suya. Me contó que mientras conducía de vuelta a su casa, se abrieron repentinamente las compuertas de sus senos nasales, y que casi hubo de detener el coche para ocuparse de ellos, ahora totalmente abiertos y fluidos. Me dijo que después de llevar en casa unos veinte minutos se le relajaron los hombros, y que se sentía ligera y aliviada. La felicité y agradecí que se hubiese tomado la molestia de ponerme al corriente de su estado. Volvió a llamar a la mañana siguiente, en esta ocasión todavía más agitada, para comunicarme que se había liberado por completo de todos los síntomas premenopáusicos.

Es posible que una única sesión de CC pueda poner en movimiento fuerzas que reverberen a través del universo.

En el momento en que se la aplicó, esta paciente no mostró ninguna indicación externa que demostrase que había funcionado. Yo sólo fui consciente de un ligero cambio en un único músculo de la región dorsal de la espalda. No sabía qué tipo de alivio cabía esperar –en caso de que tuviese alguno- Me salvó el hecho de no ser más que un espectador del proceso. Inicié la Curación Cuántica y me aparté del camino. Me alegré muchísimo del alivio de sus síntomas, no porque yo hiciese algo, sino por otra razón. Cada vez que tiene lugar una curación de esta manera es un testimonio de que la vida es más vasta de lo que creemos y más generosa de lo que imaginamos. Cuando inicio el proceso de CC, entro en contacto con algo que es más grande que yo y a lo que denomino mi Ser. Experimento una emoción que no es esperanza, en serio, sino un saber que todo está bien en mi mundo. Yo no realizo la CC sólo para que mi vida sea mejor. Lo hago para recordarme que la perfección ya existe, para crear ondas en el estanque de la inmortalidad y observarlas lamer juguetonamente las vidas de mis compañeros de viaje en este pedacito infinitesimalmente pequeño del universo.

(Este artículo es tomado del libro La Curación Cuántica de Frank Kinslow)

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