La inyección de dos agentes en varios tipos de tumor programa a las defensas del organismo para acabar con el mismo tipo de cáncer por todo el organismo
El sistema inmune nos libra del cáncer continuamente. Además de encargarse de rechazar las
invasiones de microbios que amenazan nuestra salud, es capaz de destruir
células tumorales antes de que se conviertan en un problema e incluso puede
eliminar tumores ya formados. Lo que se podría ver como una curación milagrosa
puede ser una buena reacción de las propias defensas ante el cáncer, pero no
siempre son suficientes. Desde hace más de un siglo, se intuye el potencial de
azuzar al sistema inmune contra los tumores, pero hasta la última década no se
habían logrado éxitos importantes en la tarea. La situación ha cambiado.
Ayer se publicó en la revista Science Translational Medicine un
avance que puede abrir una nueva brecha en los sistemas defensivos del cáncer.
En algunos casos, las inmunoterapias requieren una activación generalizada del
sistema inmune, con los consiguientes efectos secundarios, o hacen necesario
extraer células inmunitarias para modificarlas en un laboratorio y volverlas a inyectar al paciente, con lo que puede
suponer en complejidad y coste. En un trabajo liderado por Ronald Levy, de la
Universidad de Stanford (EE UU), un equipo de investigadores probó en ratones
un nuevo enfoque.
La nueva técnica tendría ventaja sobre otras al producir menos
efectos secundarios y ser más barata
El método consiste en introducir dentro del tumor que se
quiere eliminar una pequeña cantidad (la millonésima parte de un gramo) de dos
agentes que activan el sistema inmune y lo dirigen contra las masas cancerosas.
Según los autores, como estos dos agentes, un trocito de ADN y un anticuerpo,
se inyectan directamente en los tumores, solo activan los linfocitos que ya se
habían infiltrado en ellos.
El tratamiento curó de cáncer a 87 de 90 ratones a los que
se había provocado tumores linfáticos en dos lugares distintos del cuerpo y no
solo lo hizo en el tumor en el que habían recibido la inyección. Una vez que
habían quedado programados por los agentes para destruir ese tipo de tumor, los
linfocitos acabaron también con tumores de las mismas características localizados
en otros órganos. Los tres ratones que no obtuvieron beneficio con un primer
tratamiento, lo consiguieron con el segundo y los investigadores lograron
beneficios similares con tumores de mama, colon y melanomas.
Idit Sagiv-Barfi, la primera autora del artículo, comprobó
también el funcionamiento específico de la programación de las células del
sistema inmune trasplantando tres tumores a un ratón, dos linfomas en dos
lugares diferentes y un cáncer de colon en otro sitio. El tratamiento para uno de
los linfomas hacía que el segundo desapareciese también, pero mantenía intacto
el cáncer de colon, demostrando así la precisión del método.
Ahora, según explican en una nota de prensa de la
Universidad de Stanford, Levy y su equipo quieren reunir a 15 pacientes con
linfoma para poner a prueba este nuevo enfoque. Si tuviese éxito, Levy cree que
este tratamiento podría tener muchas aplicaciones. Por un lado, la inyección de
sus dos agentes podría ser un complemento con el que tratar a pacientes antes
de que se les extirpase su tumor primario con cirugía. Esta técnica serviría
para eliminar también tumores secundarios que hubiesen surgido a partir del
principal y que podrían haber pasado desapercibidos. Los autores plantean
incluso la posibilidad de diseñar tratamientos que bloqueen el crecimiento
futuro de tumores que surgen por mutaciones genéticas, como los BRCA1 y 2 en
mama.
Foto:Los investigadores inyectaban los agentes dentro de tumores localizados, pero los efectos podían llegar a todo el cuerpo SAGIV-BARFI - SCIENCE TRANSLATIONAL MEDICINE
2 FEB 2018 - 09:13 CET EL PAIS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario