A medida que pasan los años notamos como nuestro sistema
digestivo reacciona de manera diferente a los alimentos. Esto es completamente
normal, pero significa que debes comenzar a prestar más atención a lo que
consumes. A continuación te presentamos 10 comidas que no deberías comer una
vez llegues a la década de los cuarenta.
1. Sopa enlatada
Probablemente no pienses que la sopa es un alimento poco
saludable, especialmente porque es fácil abrir una lata para el almuerzo o
la cena. Sin embargo, las cosas enlatadas tienden a contener toneladas de
sodio, y la investigación ha demostrado que las personas mayores no pueden
filtrar el exceso de sodio, como lo hacen los más jóvenes.
Los altos niveles de sodio en la dieta pueden llevar a una
presión arterial más alta y también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.
Además, a medida que envejecemos, también somos más susceptibles a la retención
de agua, por lo que la reducción de nuestra ingesta de sodio puede ayudar a
reducir la molesta hinchazón. Por lo tanto, debes preparar tus propias sopas y
congelarlas en porciones individuales para descongelarlas fácilmente, o al
menos comenzar a seleccionar opciones enlatadas bajas en sodio.
2. Perritos calientes
Es hora de decir adiós a las salchichas y otras carnes
altamente procesadas como el tocino y el salami. Las carnes procesadas son
ricas en sodio, grasas saturadas y nitratos, todo lo cual puede tener un
impacto negativo en tu salud. Además, una alta ingesta de carnes procesadas se
ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes, enfermedades
cardíacas y cáncer de estómago, y tenemos un mayor riesgo de esas enfermedades
a medida que envejecemos.
Si decides comer carnes procesadas, elige las que están
hechas sin nitratos, poca grasa y sodio.
3. Alimentos a la barbacoa o fritos de pollo
Cocinar carnes a altas temperaturas puede aumentar los
niveles de ácido hidroxicítrico en la proteína, que puede ser
carcinogénica. Varios estudios han relacionado el alto consumo de carne frita o
a la barbacoa con el cáncer de páncreas, colorrectal y próstata. A pesar de que
la investigación todavía está en curso, es mejor ser cauteloso cuando se trata
de aumentar el riesgo de cánceres que tienden a afectar a la generación
anterior.
Debes considerar limitarte a una porción por semana y
marinar la carne antes de cocinar a la parrilla para ayudar a reducir la
producción de estos compuestos.
4. Galletas
Es una buena recompensa comer una galleta al final del día
pero mejor si las haces en casa. El azúcar causa múltiples cambios, desde
nuestras membranas celulares y arterias hasta nuestras hormonas, sistema
inmunitario, salud intestinal e incluso nuestro microbioma.
Además de inyectar insulina e inflamación, un exceso de
azúcar puede hacer que nuestra piel envejezca más rápido a través del proceso
de glicación. Este es el término bioquímico para la unión de las moléculas de
azúcar a las grasas, proteínas y aminoácidos, que es una característica
destacada del envejecimiento. Los investigadores han vinculado los productos
finales de la glicación a nervios enmarañados, arrugas, arterias endurecidas y
procesos múltiples de enfermedades.
5. Leche de almendras
Es posible que pienses que evitar los productos lácteos
puede ser beneficioso para tu salud, pero para las mujeres mayores, el calcio
en los productos lácteos ayuda a fortalecer los huesos y previene la
osteoporosis, ya que el inicio de la menopausia causa una disminución en la
masa ósea.
Beber una leche de reemplazo puede privarte de esa
protección. Por lo tanto, si eliges tomar una alternativa, elige una variedad
que contenga calcio fortificado y vitamina D para promover huesos saludables.
Además, evita las grandes cantidades de azúcares añadidos de la leches
saborizadas, que puede causar un exceso de calorías y aumentar la inflamación.
6. Snacks sin azúcar
Estos refrigerios a menudo reemplazan azúcares con
ingredientes artificiales o grasas añadidas.
Por lo tanto, debes estar atento a los alimentos que agregan
grandes cantidades de grasas saturadas o "trans", exceso de sodio o
harinas refinadas adicionales para reemplazar los azúcares agregados, ya que
estos aditivos pueden tener un impacto igualmente negativo en la salud.
7. Salsa picante
De acuerdo con el Instituto Nacional sobre el
Envejecimiento, debes comenzar a despedirte de la comida picante cuando
comiences a entrar en la menopausia. Si padeces reflujo gastrointestinal o
sofocos, no se recomienda agregar alimentos picantes a tu dieta.
La salsa picante puede tener un alto contenido de sodio, lo
que puede tener un efecto negativo sobre la presión arterial y la salud ósea.
Si debes comer algo picante, elige pimientos picantes ya que son ricos en
capsaicina, un nutriente que puede disminuir la presión arterial y aumentar el
metabolismo.
8. Margarina
Cambiar la mantequilla por margarina no es el cambio
saludable que crees que podría ser. Algunas marcas contienen aceites
parcialmente hidrogenados, que son grasas "trans". En
lugar de tomar margarina en tus tostadas prueba aceite de oliva con
orégano.
Los aguacates frescos son también un gran sustituto de la margarina para hornear y cocinar, y pueden ayudarte a disminuir la ingesta de calorías, grasas saturadas, colesterol y sodio.
Los aguacates frescos son también un gran sustituto de la margarina para hornear y cocinar, y pueden ayudarte a disminuir la ingesta de calorías, grasas saturadas, colesterol y sodio.
9. Pasta
Los carbohidratos refinados y procesados como la
pasta, los bagels, los pretzels y los cereales tienen un alto nivel glucémico. Esto significa que su alta carga de
carbohidratos aumenta rápidamente
el nivel de azúcar en la sangre y puede
ser un factor que contribuye al aumento de peso, la enfermedad cardíaca y la
diabetes.
Los alimentos con alto IG también causan la liberación de
una hormona llamada factor de crecimiento de la hormona similar a la insulina 1
(IGF-1). Un exceso de esta hormona, puede trabajar en tu contra alimentando las
cascadas biológicas que aumentan las inflamaciones y provocan ciertas
enfermedades, como el cáncer.
10. Helado de café
Este es un triple golpe cuando se trata de los efectos sobre
la salud de las personas mayores: tiene grasas saturadas, cafeína y azúcar. El
café, cuando se consume en forma de postre después de la cena, puede mantenerte
despierto por la noche. Según la Fundación Nacional del Sueño, las personas
mayores tienden a tener más dificultades para conciliar el sueño.
Para las
mujeres, esto puede deberse en parte a sus cambios hormonales a medida que se
acerca la menopausia, y si ese es el caso, es mejor evitar los golpes de
cafeína a última hora del día.
Fuente: rd
Imágenes: depositphotos
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