Hoy
buena parte de la investigación de la bipolaridad y la esquizofrenia ya no se
centra en las neuronas, sino en la glía. ¿Qué es eso?
Las
"neuroglias", "células gliales" o simplemente
"glías" son células que se encuentran en nuestro tejido nervioso. No
solo de nuestro cerebro: también están en los nervios periféricos que recorren
nuestro cuerpo.
A lo largo de la historia todas las células de nuestro cerebro que no eran catalogables como neuronas (es decir, que carecen de la capacidad de enviar impulsos eléctricos, que no son eléctricamente excitables) se clasificaban como glía.
No
son pocas las células que caen dentro de esa etiqueta. Si consideramos que hay
unos cien billones de neuronas en nuestro cerebro, hay diez veces más de
células gliales. Casi nada.
En
general sabemos que su porcentaje, la cantidad de glía por neurona,
aumenta de forma exponencial según la complejidad del organismo. Esto señala
que es un elemento muy importante.
Clasificar
a todas esas células como glía, así sin más, convirtió a esta palabra en un
término genérico y vago.
Englobaba
a demasiados tipos de grupos de células muy diferentes, y de muy diversos
orígenes. Esto no era debido a la pereza de los investigadores a la hora de
buscar palabras, sino a la complejidad histórica que suponía descubrir
y estudiar la glía.
Con
el tiempo se hicieron necesarias nuevas clasificaciones. Algunas se basaban en
su tamaño: la macroglía -como los astrocitos y oligodendrocitos- y la microglía.
También en su localización: sistema nervioso central o sistema nervioso
periférico.
La "aristocracia" necesita ayuda
Ya
hemos visto qué son las glías y que no son pocas.
Pero,
¿por qué ha cobrado importancia su investigación? ¿Acaso las
neuronas no son las células privilegiadas del cerebro, las más listas de la
clase, las más importantes y hermosas, las "mariposas del alma" como
las definía el gran Ramón y Cajal?
El
conocimiento de la glía podría abrir las puertas a nuevas investigaciones y
formas de tratamiento de afecciones psicóticas y afectivas.
Pues
sí, no podemos negar que las neuronas siempre serán la eléctrica
aristocracia de las células cerebrales, pero tampoco que necesitan más
ayuda en su día a día de la que se pensaba.
Antiguamente
se suponía que el principal papel de la glía era la simple sujeción de la
neurona, el de unir y crear la estructura interna del cerebro.
Si
el cerebro fuera un árbol de Navidad, las glías serían el árbol y las
ramas, y las neuronas serían los adornos. No en vano, la palabra glía viene
del griego λοία, que se traduce como "unión o pegamento". Neuroglia
vendría a significar el "pegamento de las neuronas".
A
día de hoy cada vez se hace más patente que la función de la microglia no es la
de únicamente sostener a las neuronas y ser el pegamento cerebral. Son células
"ayudantes" que pueden influir de forma importante la maduración y
funcionamiento habitual de las neuronas.
En
este sentido, podemos simplificar su relación en un ejemplo en el que vemos a
la preciada neurona como una princesita y a las glía como a su cohorte de
sirvientas que siempre la acompañan y que son las encargadas de cuidarla,
alimentarla y protegerla.
Les
toca hacer grandes labores para el bienestar y facilitar la agenda de
obligaciones de su señora (y poco reconocidas hasta ahora).
Hoy
sabemos que cada una de esas sirvientas-glías tienen funciones muy
especializadas.
Podemos
ver a la microglía tanto como "guardianas" que velan por la seguridad
de sus señoras, como "limpiadoras" de restos (ya que son macrófagos
especializados del cerebro que, entre otras tareas, van a detectar infecciones
y tomar medidas inmunitarias).
La
investigaciones tienden a señalar que la glía juega su papel en la actividad de
las neuronas en bipolaridad y en esquizofrenia.
Podemos
ver a los astrocitos con varias funciones, como la de "cocineros" que
se encargan de dar de comer a las neuronas. También son "secretarios"
que ayudan a la neurona a enviar sus señales.
¿De quién
es la "culpa" cuando el sistema falla?
La
pregunta que surge es algo evidente: cuando hay un funcionamiento no del todo
adecuado en la función neural, ¿es realmente la neurona la que falla o es que
sus ayudantes no hacen correctamente su trabajo? ¿O fallan ambas?
La
gran mayoría de las investigaciones tienden a señalar que la glía juega su
papel en la actividad de las neuronas en bipolaridad y en esquizofrenia.
La
respuesta exacta es más difícil de lo que parece. Ya hemos hablado de la gran
cantidad de glías que hay, de sus subtipos, de su localización, de sus
diferentes funciones. No solo eso, también hemos de ver otros aspectos
vinculados, como la edad y el desarrollo del sujeto.
Todo
ello hace que sea muy complejo obtener respuestas rotundas con tantos
condicionantes. Varios estudios han encontrado disminuciones del número y cantidad
de células gliales en personas que han sufrido episodios afectivos graves
(principalmente en la corteza prefrontal).
Tampoco
se puede descartar que la activación de las células gliales influya enormemente
en la síntesis de neurotransmisores tan importantes como la serotonina y en la
misma plasticidad neuronal (que sería la capacidad del cerebro de modificar su
estructura y función).
Por
desgracia, todavía queda un largo camino hasta poder llegar a
conclusiones firmes.
Aun
así, parece más que evidente que el conocimiento de la glía ayudará enormemente
a descubrir y establecer nuevas relaciones entre cerebro y comportamiento, y
que podrá abrir las puertas a nuevas investigaciones y formas de tratamiento de
afecciones psicóticas y afectivas.
*Este
artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia
Creative Commons. Lee
el artículo original aquí.
*Elena
Quintana Menéndez es lab manager de la Universidad Autónoma de
Madridy Eduardo García Laredo es director de trabajos finales del
Máster de Neurociencia Cognitiva y Educación de la Universidad Camilo José
Cela.
Elena Quintana Menéndez y Eduardo García Laredo
The Conversation*
18 marzo 2021
Todas las fotos son de: FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Foto principal: En nuestro tejido nervioso conviven billones y billones de células gliales.
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