Un nuevo estudio del Hospital
Brigham and Women, en los Estados Unidos, ha descubierto que ciertos tipos de
grasa se asocian a una peor memoria, y función cognitiva global. Se ha sabido
durante años que comer demasiados alimentos que contengan grasas nocivas, como
las grasas saturadas, no es saludable para el corazón.
Además, según la nueva
investigación, el consumo de este tipo de grasas también se asocia con una peor
función cognitiva general, y de la memoria, en las mujeres, a largo plazo.
Por el contrario, las grasas
monoinsaturadas se asocian con una mejor función cognitiva general, y de la
memoria. Este estudio ha sido publicado en 'Annals of Neurology', la revista de
la Asociación Americana de Neurología y la Sociedad de Neurología Infantil.
El equipo de investigación analizó
los datos del Women's Health Study -con una cohorte de casi 40.000 mujeres,
mayores de 45 años. Los investigadores se centraron en los datos de un subgrupo
de 6.000 mujeres, todas mayores de 65 años; estas mujeres participaron en tres
pruebas de función cognitiva, las cuales fueron espaciadas cada dos años.
"Al observar los cambios en la
función cognitiva, encontramos que la cantidad total de la ingesta de grasa no
importa, sino que lo relevante es el tipo de grasa consumida", explica
Olivia Okereke, del Departamento de Psiquiatría.
Las mujeres que consumían las
mayores cantidades de grasas saturadas, que pueden provenir de grasas de origen
animal, como la carne roja y la mantequilla, en comparación con aquellas que
consumieron las cantidades más bajas, mostraron una peor función cognitiva
general, y una peor memoria. En cambio, las mujeres que consumían más grasas
monoinsaturadas, que se pueden encontrar, por ejemplo, en el aceite de oliva,
mostraron mejores patrones de puntuaciones cognitivas.
"Nuestros hallazgos tienen
importantes implicaciones para salud pública", afirma Okereke, quien añade
que "consumir grasa buena, en lugar de grasa mala, es una modificación de
la dieta bastante simple, que podría ayudar a prevenir la disminución de la
capacidad de memoria".
Okereke concluye que las
estrategias para prevenir el deterioro cognitivo en las personas mayores son
particularmente importantes, ya que incluso las disminuciones sutiles en el
funcionamiento cognitivo pueden conducir a un mayor riesgo de desarrollar
problemas más serios, como la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Autor: Editor YU el Dom, 20/05/2012 - 19:19.
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