SALUD
INTESTINAL
Es muy normal que al hacer el cambio de
alimentación se produzcan algunos desajustes en el sistema digestivo como
flatulencias o hinchazón, sobretodo esto es debido al incremento de la ingesta
de fibra.
Lo más común cuando se hace el cambio es la mejora general de la salud, el tránsito intestinal se regula, la eliminación de toxinas del organismo es más eficaz y en general se recupera energía, síntomas muy positivos que contrarrestan de sobras las incomodidades que puede provocar el aumento de consumo de fibra.
Cierto es que no todo el mundo tiene una
transición fácil, dependiendo de cómo sea el estado de salud de tu sistema
digestivo y considerando tus previos hábitos alimentarios, el cambio a una
alimentación más rica en legumbres, cereales integrales, más frutas y verduras,
puede suponer un giro de 180 grados y en consecuencia producir un pequeño shock a tu organismo.
En una alimentación estándar el promedio de fibra que se consume es
de entre 15-20gr, cuando cambiamos a una alimentación basada en ingredientes
enteros y de origen vegetal podemos llegar a hablar de un consumo de unos 70
gramos o más al día.
¿Por qué se producen gases con la dieta
vegetariana?
La fibra es alimento para
nuestra flora intestinal, las bacterias que crean simbiosis (una relación
win-win) en nuestros intestinos. Para contarlo de una forma muy sencilla,
cuando uno hace el cambio de alimentación puede que no tenga la cantidad ni el tipo de bacterias
óptimas para el nuevo estilo de dieta, y las bacterias que
tenemos en ese momento y que ayudan a fermentar la fibra puede que produzcan
más gas de lo que tu sistema gastrointestinal está habituado.
Esto deriva en hinchazón,
incomodidad y gas. Esta situación mejora a medida que tu flora
bacteriana va cambiando también en consecuencia de los alimentos nuevos que
introduces en tus platos. Esta
adaptación puede tomar unas 2-4 semanas, aunque este tiempo es
muy variable según cada persona.
Cómo reducir los gases
Aunque se necesiten más estudios sobre el tema,
en muchas ocasiones he encontrado de gran utilidad en clientes con quejas de
hinchazón debido a un cambio drástico de alimentación, es el uso de probióticos y enzimas digestivas de
forma temporal, por uno o dos meses. Esta podría ser una ayuda para la
adaptación de la nueva flora bacteriana, y los resultados observados hasta la
fecha con todas las personas con las que he trabajado han sido positivos.
Puede que algunas personas tengan alguna intolerancia a ciertos ingredientes vegetales
como las legumbres o los vegetales crudos, y se manifiesta en hinchazón y
flatulencias que no mejoran con el tiempo. Esta situación es menos común de lo
que se cree, pero si es tu caso entonces debes evitar estos alimentos tanto
como puedas. Aún así, te recomiendo que sigas intentando integrarlos en tu
alimentación con cuidado, cuando ya estés más acostumbrado a consumir mayor
cantidad de fibra.
Algo a evitar, en caso de incomodidades
digestivas son los alimentos
fritos, que por muy plant-based que sean, su técnica de cocción
no las hace demasiado amigables para tu salud intestinal. Evítalos.
Hay muchas razones por las que podrías estar sufriendo de hinchazón o gases,
y a veces vale la pena hablarlo con tu doctor de cabecera si la incomodidad
persiste.
Hay ciertos medicamentos que tienen efectos secundarios y
provocan desequilibrios a nivel gastrointestinal que pueden verse afectados por
un cambio de alimentación. También hay ciertas condiciones médicas que pueden
provocar hinchazón como Síndrome de Colon Irritable, la enfermedad de Crohn,
colitis ulcerativa, cáncer de colon o cáncer de ovarios.
De todos modos, hay muchas más causas benignas
que provocan esta hinchazón e incomodidad y frente a ello puedes:
·
Hacer comidas con porciones más pequeñas.
·
Comer más despacio. Si masticas muy rápido puedes estar tragando
mucho aire.
·
Eliminar bebidas gaseosas como colas o alcohol.
·
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