Cuando alguien con tanto poder mediático como Kourtney
Kardashian afirma con rotundidad que beber vinagre de manzana
dos veces al día le ayuda a perder peso porque es un supresor
del apetito, muchos se suben al carro de inmediato sin tener en cuenta las
consecuencias.
Es cierto que uno de los remedios naturales más
antiguos; el vinagre se ha usado durante siglos para tratar los problemas de
salud más dispares. Desde el dolor de garganta hasta las varices pasando
por la caspa, la
transpiración excesiva, las infecciones de hongos y las
indigestiones, pero ¿hay suficiente investigación para apoyar esas afirmaciones? ¿podemos
añadir a esta lista la obesidad y la diabetes?
Kourtney toma agua
mezclada con una cucharada de vinagre de manzana orgánico a los 20
minutos de levantarse y antes de cenar, y asegura que este hábito ha
cambiado su silueta, mejorado el aspecto de su piel y hasta la forma en que su
cuerpo procesa los nutrientes. (Foto: Kourtney)
Evidencias hay, pero no son concluyentes
Japón, año 2009. Ese fue el momento que marcó un
antes y un después sobre el uso del vinagre de manzana para perder peso.
En la investigación participaron
175 personas obesas de entre 25 y 60 años que siguieron la misma dieta durante
12 semanas.
Tras ser divididos en tres grupos, al primero se le
suministró una bebida con una cucharada de vinagre al día, al segundo con dos
cucharadas de vinagre y al tercero, un placebo (la misma bebida suavizada con
agua).
Los que tomaron vinagre lograron una pérdida
modesta de entre medio y un kilo. Además registraron
un índice de masa corporal más bajo, menos grasa visceral, un diámetro
de cintura menor y niveles más bajos de triglicéridos. Desde entonces
se han llevado a cabo otros estudios pero hasta ahora ninguno ha
corroborado el vínculo entre el vinagre y la pérdida de peso. Es más hay
bastante confusión al respecto.
El vinagre de
sidra de manzana puede ser muy rico en una ensalada, pero no para tomar en
ayunas ¡y menos solo!, debe estar disuelto en agua). (Foto: Getty)
Un vinagre no tan único
Aunque la creencia popular sugiere que el vinagre
de manzana es especial, todos son similares y lo único que los
distingue es el sabor.
“Hay una enorme publicidad detrás del vinagre de
sidra de manzana. Éste funciona en la reducción de la respuesta glicémica, pero
que sea de manzana no es relevante, porque el ácido acético se encuentra en
cualquier tipo de vinagre”, cuenta al Washington PostCarol
Johnson, profesora de la Escuela de Nutrición y Promoción de la Salud de la
Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos)
Es decir, que lo realmente interesante es que todos
contienen un ingrediente activo, el ácido
acético, con dos supuestas cualidades:
2.
Ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre de
los diabéticos.
Así lo afirma Johnson en un estudio que
avala el uso saludable del vinagre de sidra de
manzana. Aunque curiosamente la propia autora considera “modestos” los
resultados que prueban que sirve para adelgazar, asegura que sí puede reducir el riesgo de diabetes y
enfermedad cardiovascular.
Publicado en el Journal of Functional
Foods, el trabajo concluye que beber una solución diluida de
vinagre antes de una comida alta en carbohidratos ayuda a reducir el
azúcar en la sangre, porque mejora la capacidad del cuerpo para digerir
el almidón. En teoría, el ácido acético bloquea las
enzimas encargadas de digerir los almidones(carbohidratos de granos y
vegetales), y esto previene la absorción de la glucosa que éstos contienen.
Sin embargo, Johnson aclara que el hecho de no
digerir estos almidones o calorías no necesariamente conduce a una
pérdida de peso notable. “El efecto es practicamente imperceptible.
Quizás esto puede tener algunos beneficios en términos de pérdida y control de
peso, pero definitivamente no es una solución rápida. Si
quieres perder peso, lo que necesitas es hacer ejercicio y controlar tu
consumo de alimentos”, confirma la nutricionista estadounidense
Debbie Davis a MD.
Otras investigaciones demostraron
que tomar suplementos de vinagre aumenta la saciedad y reduce
el incremento de glucosa en la sangre que se produce tras consumir
ciertos alimentos como el pan.
“Normalmente al comer una rebanada de pan el azúcar
sube de 90 hasta 120 mg/dL pero al combinarla con unas hojas de lechuga con
vinagre la glicemia sólo llega a 108 mg/dL”, según
cuenta el el Dr. Salomon Jakubowicz al Huffingtonpost.
Pero para el gastroenterólogo Will Bulsiewicz, uno
de sus detractores, los pacientes que han tomado este producto han dañado
sus esófagos, y según reveló en una entrevista a Tonic, no existe suficiente evidencia sobre los
efectos como para asegurar que sea bueno.
¿Conclusión? A pesar de estos hallazgos, los
expertos no recomiendan ingerir vinagre como método de adelgazamiento ni
tampoco como prevención o tratamiento de diabetes. Y afirman que se debe ser
muy cauteloso con el producto ya que debido a su efecto
anti-glucémico el vinagre puede interactuar con otros medicamentos y
ser peligroso para los diabéticos que deben tratarse con insulina.
Además, advierten de los riesgos de ingerir o
aplicar el vinagre sin diluirlo en agua. El ácido
acético es un compuesto muy fuerte y potencialmente peligroso que
puede perjudicar el esmalte dental, causar quemaduras en la boca y el esófago y
en caso de ser inhalado involuntariamente o de manera accidental podría llegar
hasta los pulmones, causando lesiones serias.
Volvemos a lo de siempre, si quieres
adelgazar debes realizar un cambio en tu patrón dietético y adoptaruna dieta
basada en vegetales, proteína y grasas de calidad.
Foto principal: Quienes lo toman aseguran que ayuda a sentir menos hambre durante el día y que por eso es un gran aliado para perder peso. (Foto: Getty)
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